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Siempre es difícil que la favorita gane, pero esta vez Annemiek van Vleuten (Movistar) lo tiene más complicado que nunca en la Clásica ante una clase media que buscará evitar el cuerpo a cuerpo con la neerlandesa en los kilómetros finales de la carrera. Las participantes saben que las opciones son el desorden alocado o la imposición de la campeona de Europa.
Que si la carrera llega controlada a las rampas de Murgil, la jerarquía de poderes dejará en evidencia la superioridad de Annemiek, oro en la prueba contrarreloj de Tokio y plata en la prueba en línea por culpa precisamente del descontrol. Solo la gran favorita, la guipuzcoana Ane Santesteban y la italiana Soraya Paladin han hecho el esfuerzo de venir a Donostia directamente de los Juegos, por lo que muchas de las habituales favoritas en las mejores pruebas de un día del calendario internacional no estarán en la Clásica. Esta circunstancia puede provocar una mayor anarquía en la manera de correr, lo que se presta al espectáculo, máxime en un recorrido especialmente quebrado desde que se llegue a Hernani en el kilómetro 53.
El trazado entre Astigarraga, Oiartzun, Gurutze, Jaizkibel, de nuevo Gurutze y Donostia, antes de subir Murgil, se presta a movimientos que pueden tener premio en el Boulevard.Que no vengan algunas de las dominadoras del calendario no quiere decir que la participación no tenga nivel. De hecho, el podio de la pionera edición de 2019 estará en la salida, con la australiana Lucy Kennedy y la neerlandesa Janneke Ensing -primera y segunda hace dos años- en las filas del BikeExchange de Ane Santesteban, más la también tulipán Rooijakkers (Liv Racing).
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